14.06.23
Juan 14:16-17 "Y rogaré al Padre, y les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero ustedes le conocen, porque mora con ustedes, y estará en ustedes". Amén.
Dios quiere que todos sus hijos sean llenos del Espíritu, pero muchos no lo entienden. Si bien el Espíritu de Dios habita en cada creyente, su señorío está determinado por nuestra obediencia.
Tratemos de pensar en esto como la decisión voluntaria de rendirse al control del Espíritu Santo, ser sensibles a su dirección y guía, obedientes a sus impulsos, y dependientes de su poder.
Quienes se rinden a la dirección del Espíritu son transformados a la imagen de Cristo, donde el sometimiento determinará el nivel de transformación.
Aunque buenas obras y servicio fiel provienen del Espíritu, no son señales de que estamos rendidos a Él del todo. Esto, involucra el carácter, y no solo las acciones.
Servir puede ser más fácil que amar a quienes no nos es fácil, o ser pacientes con las personas difíciles.
Cuando el Espíritu Santo controla la vida, es capaz de hacer lo que no podemos por nosotros mismos.
Cada creyente decide quién gobernará su vida. Algunos deciden gobernarse a sí mismos. La plenitud del Espíritu aguarda a quienes eligen realmente a Dios.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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