"El Poder de la Presencia de Dios"

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Éxodo 33.14-15 "Y Él dijo (Dios): Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí".  Amén. 

Todos debemos acercarnos a la presencia de Dios en adoración y acción de gracias, reconociendo su favor que nos limpia, libera, dirige y llena en todo. 

Al conocer a Dios íntimamente desarrollamos el concepto correcto sobre su majestad y grandeza. Ante Su presencia nuestros sufrimientos desaparecen. Las cargas se olvidan y queda profundo respeto y reverencia a Su nombre. 

Muchas cosas suceden cuando nos apartamos de la presencia de Dios. Veamos dos de ellas:

1. Nos exponemos a la adversidad, y a los ataques del enemigo. Un ejemplo lo tenemos en la vida de Jonás. Fue llamado a predicar a Nínive; y en lugar de obedecer decidió huir de la presencia de Jehová a Tarsis. (Jonás 1:3). 

Es arrojado al mar, tragado por un gran pez, y permaneciendo tres días y noches dentro. Pero, en medio de la crisis, reconoció que, sin Dios, nada era. 

Dios permite las adversidades para traernos de nuevo ante su presencia, y producir obediencia que forma nuestro carácter. 

2- Nuestra iniquidad es latente: Aunque quisiéramos justificarnos por las trasgresiones o iniquidades ¡No se puede! Cuando fallamos o tomamos decisiones que nos alejan de Dios, nos damos cuenta cuán lejos estamos de su presencia. 

El deseo de Dios es que seamos llenos de Él. ¿Queremos tener victoria sobre el pecado? ¿Libertad del poder del enemigo? ¿Anhelar ser como Cristo? Entonces, ¡necesitamos Su presencia que transforma, llena, renueva, guía y ¡vivifica! 

Feliz día. ¡Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

(Referencia: TPSH030113)