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¿Qué has aprendido? Si gustas, puedes releer los 2 artículos anteriores.
Definitivamente,
Dios no se equivocó al colocarnos el ejemplo de cabras y ovejas. Nos enseña cómo debemos conducirnos como sus hijos.
La oveja muestra templanza, sujeción, unidad y, sobre todo,
dependencia. Cualidades muy necesarias para caminar en el Evangelio de
Jesucristo.
Templanza: Para evitar caer en pleitos y contiendas.
Sujeción: Que indica humildad y obediencia.
Hermandad: Dentro del cuerpo de Cristo, y dependencia total del Padre.
La oveja tiene
instinto o mentalidad de grupo, cuando se separa de su rebaño, se ve muy
asustada y nerviosa. Pudiera llegar a morir. Por eso, necesita tanto del pastor
y su rebaño.
Sobre las
cabras, podemos decir que son aquellas personas que causan división y pleitean
con los hermanos. Y nada hacen por ayudar a los demás.
Este tipo de
persona es alimentada de “chatarra” espiritual (léase de cualquier tipo de
doctrina).
No es fiel a la voz de su pastor, prefiere andar bajo sus propias opiniones y
siempre causa división y problemas.
De no permitirle al Espíritu Santo
que les saque todo lo aprendido y le den
cabida solo a Él, serán puestos a la izquierda del Señor para la condenación
eterna.
¿Ante Dios,
somos ovejas o cabras? Recuerda: Las
ovejas (de Jesucristo) nadie las arrebatará de Su mano (Juan 10:28).
Feliz día. ¡Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Bibliatodo)
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