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Colosenses 1.9-11
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por ustedes, y de pedir que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Que anden como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder…”. Amén.
La oración debe ser la prioridad del cristiano. Si Cristo, que era el Hijo de Dios, se escabullía a menudo para orar, ¡creo que nosotros lo necesitamos aún más!
Sin oración ni Biblia, estamos expuestos a desanimarnos y distanciarnos de Dios.
Cuando vienen los problemas, en vez de buscar opciones de hombres, es mejor buscar las del Señor. Buscar soluciones en lugares no aconsejables puede alejar de Dios y su voluntad.
Muchas veces esas opciones pueden ser efímeras o hasta llevar a fracaso. Por lo que, el desánimo será inevitable.
Pero un creyente decidido a orar, y leer las Sagradas Escrituras, encontrará seguridad y poder en la presencia de Dios.
Descuidar la oración puede tener consecuencias negativas. Es recomendable confesar la falta de oración.
Pedirle al Señor que nos ayude a disciplinarnos, y que nos dé el deseo de mantener comunicación con Él. Finalmente, reservar tiempo cada día para leer la Biblia y orar.
En nuestra comunión firme con el Padre, Él aliviará las cargas, nos fortalecerá y llenará de confianza. También nos mostrará el cuidado que tiene de nosotros.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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