#3,555
Salmos 34.1-3
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre”. Amén.
Glorifiquemos a Dios fuera y dentro de la iglesia. Porque la alabanza debe impregnar todas las áreas de nuestra vida.
Una manera evidente de alabar al Señor es con nuestras voces. La verdadera adoración fluirá de bocas de creyentes que estén enfocados en los atributos de Dios.
Honremos a Dios por quien Él es, por lo que ha hecho y por lo que nos ha prometido para el futuro.
Una adoración genuina permite que el Señor llene nuestros corazones y mentes con su presencia, en cualquier lugar.
Nuestro Dios también es alabado cuando le servimos. Fuimos creados con el propósito de traer honor y gloria a su nombre. Por tanto, no limitemos nuestra disposición de trabajar para el Rey.
Cada vez que haya la oportunidad, compartamos de las maravillas de nuestro Señor con otros. Hablemos con valentía de su gracia y su obra.
Testificar sobre Él es una forma excelente y honrosa de alabanza que magnifica Su nombre.
Nuestro Señor Jesucristo vale más que cualquier tesoro que este mundo ofrezca.
Amarlo y comprender lo que ha hecho debe ser toda la motivación necesaria para alabarlo, sin importar donde nos encontremos.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario