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Eclesiastés 1.8-9; 12-15 “Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. Yo, el Predicador, fui rey sobre Israel en Jerusalén. Di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en Él. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse”. Amén.
Hoy vemos a un desalentado Salomón lamentándose de lo insignificante que se volvió su existencia. El rey, que una vez fue sabio, se dejó vencer de las “exquisiteces” mundanas distorsionadas.
Lo mejor que puede pasarle a cualquiera es buscar al Todopoderoso: cómo obra, provee, ama y dirige. Fuera de ahí, el dolor y los problemas toman el centro del escenario, llevando a desaliento y quejas. Cargas que los creyentes no podemos llevar.
Nuestro Señor Jesucristo invita a todo cansado y cargado a venir a Él, para encontrar descanso… la solución para todo lo que pasa y pesa.
Si estás agobiado por resentimientos, remordimientos, culpas o cualquier otro sentimiento negativo, entrégaselo a Dios. ¡Él si sabe cómo canalizarlo por ti!
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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