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Lucas 24.25-27, 30-32 “Entonces Él (Jesús) les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían. Y aconteció que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; más Él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”. Amén.
Como judío, el Señor creció celebrando la Pascua, para conmemorar la liberación de los israelitas de Egipto. En su última Pascua, o última cena, el Señor reveló su identidad como el Cordero sacrificial perfecto por toda la humanidad. Eligió hacer esta revelación honrando la tradición.
La próxima vez que asistas a la iglesia, trata de estar atento a cualquier práctica importante, como la realización de la Cena del Señor, los bautismos o la oración del Padrenuestro, que conectan a la congregación con la historia del pueblo de Dios.
Si te es posible, profundiza en ellas a fin de encontrar algún significado del que no te hayas dado cuenta antes.
Muy feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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