#3,448
Efesios 2.1-2“Él dio vida, cuando estaban muertos en delitos y pecados, en los cuales andaban en otro tiempo, siguiendo la corriente del mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Amén.
Estuve leyendo que rescatar a una persona que se esté ahogando no es tarea fácil. Es todo un desafío físico. Saltar al agua para salvar a alguien es la última opción. Solo se debe hacer cuando se agotan las demás opciones.
Cuando vamos a una piscina o al mar, vemos elementos que pueden usar los salvavidas. Ejemplo: varas, tubos de rescate, aros salvavidas, etc.
Incluso, cuando no se tienen herramientas para el rescate, hay que ser ingeniosos y usar lo que esté a la mano. Un ejemplo: los pantalones que se llevan puestos podrían ayudar a llegar hasta la víctima.
¿Por qué saltar al agua hasta la persona ahogada es el último recurso? Se trata de alguien que está en pánico y sin poder pensar con claridad. El que se está ahogando puede llegar a hundir a los nadadores más fuertes y habilidosos. Es una tarea de grande riesgo.
Yéndonos al plano espiritual, decimos que Jesucristo es el más noble de los salvavidas. Un salvavidas se sienta sobre una plataforma para ver a los bañistas; Cristo, antes de nacer, estaba en un lugar perfecto de gloria, junto con el Padre y el Espíritu Santo. Desde allí vio nuestra condición y se dio cuenta de que no podíamos salvarnos.
Continuaremos…
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Coalicion.por.el.evangelio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario