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“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”. Amén.
Jesús ya existía desde antes de nacer (Juan 1.1-2), y estuvo dispuesto a dejar el cielo. Darlo todo con el fin de llevar a cabo el rescate más maravilloso. ¡Tú!
Como no existe alguien que sea completamente justo, todos estamos en la misma situación: nos estamos ahogando y necesitamos que alguien nos rescate.
Nos estamos ahogando, es mala noticia; pero hay una buena: Dios suple al Salvador, como única manera de recibir vida.
Si hubiéramos podido salvarnos, no habría necesidad de rescatarnos. Ningún salvavidas se tiraría al agua para salvar a una persona si supiera que esta puede llegar a la orilla por su cuenta.
De Jesús no estar en nosotros, estamos separados de Dios, somos esclavos del pecado y muertos. Y una persona muerta no puede hacer nada para cambiar su situación. Es 100% incapaz de salvarse.
Si te estás ahogando y te rescatara un salvavidas, ¿no buscarías la forma de agradecerle? Así lo hacemos quienes hemos sido rescatados por Jesús: ¡queremos honrarlo todos los días!
Reconoce hoy tu situación. Eres pecador. Te estás ahogando, y acepta las acciones que Cristo te ofrece. Dile al Señor que necesitas ser rescatado.
Romanos 5:8 dice que Dios nos demuestra su amor aun siendo pecadores, y que Cristo murió por nosotros. Vive mediante Cristo. ¡Clama por tu Salvavidas ya!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Coalicion.por.el.evangelio)
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