#3,402 03.11.22
Romanos 7.19-23
“Porque no hago el bien que quiero, si, el mal que no quiero, hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”. Amén.
Una vez siendo salvos en Cristo, seguimos pecando. Aunque seamos nuevas criaturas, como lo dice en 2 Corintios 5.17, y que las cosas viejas pasaron, sigue el mismo problema de pecar de antes. El apóstol Pablo decía: Si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Recordemos que vivimos en un mundo caído y la disposición natural es a pecar. Por lo tanto, lo comenzado con la salvación, no se perfeccionará hasta que el Señor Jesús regrese y transforme estos cuerpos pecaminosos para que sean gloriosos como el suyo.
Al venir a Jesucristo, fuimos liberados del castigo del pecado, y de condenación eterna por Justificación. Ahora, y mediante la santificación diaria, nos libraremos -poco a poco- del poder del pecado.
Solo al ser glorificados seremos libres de pecado para siempre.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario