#3,399
Juan 5.22-24 “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, ha pasado de muerte a vida”. Amén.
Llegará un día en que TODOS nos enfrentaremos al Juez supremo: el Señor Jesucristo. Cuando nos acerquemos a Él, estaremos ante Aquel que es recto, justo e imparcial, y tomará decisiones con sabiduría y conocimiento pleno. Su estándar de justicia es la verdad, no la opinión personal.
Al Señor Jesucristo, el Padre celestial le dio esta tarea por ser perfecto para hacerla: Él sabe compadecerse de nuestras debilidades y entender las tentaciones, Él también sufrió y fue tentado, pero nunca pecó (Hebreos 4.15).
Los creyentes NO seremos condenados el día del juicio, pero SI compareceremos para dar cuenta de nuestra vida (Romanos 14.10-12). El propósito no es castigar sino evaluar y recompensar buenas obras.
¡Cuán precioso es saber que nuestro Juez es también nuestro Salvador! Cristo estará de nuestro lado.
Que tal comprensión te motive a amar y vivir para Aquel que nos ha librado del temor al castigo eterno.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario