En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Amén.
1 Corintios 6:18: Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Huye también de las pasiones juveniles (2 Timoteo 2:22).
Dios nos exhorta a resistir al diablo (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:9). Es importante prepararse para esta lucha tomando toda la armadura de Dios (Efesios 6:13). Pero hay un ámbito en el cual no debemos tratar de resistir, y donde la única salida es huir: el de la tentación sexual.
Dios nos creó, y sabe cuáles son nuestros límites, y nos ordena expresamente huir de todas las situaciones que nos expondrían a cometer el pecado de la fornicación, es decir, de una relación sexual fuera del matrimonio.
El ejemplo del rey David es instructivo (2 Samuel 11). Se atrevió a mirar de lejos a la mujer de Urías, y sucesivamente se convirtió en adúltero y luego en asesino. Por eso, es preciso velar tanto sobre nuestras miradas como sobre nuestros pensamientos, a fin de no dar ocasión a nuestra codicia de producir sus malos frutos. Esto es aún más relevante ahora que el diablo utiliza cada vez más medios para hacernos caer: revistas, películas, videos, sitios en Internet.
Imitemos a José, a ese hombre cuya vida describe el Antiguo Testamento: cuando sin buscarlo se halló en una situación peligrosa, y no dudó en huir diciendo: ¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? (Génesis 39:9).
Estemos atentos; Satanás, el enemigo de nuestra alma, está empeñado en destruir nuestra vida y testimonio a través de esta clase de mal. No le demos ninguna ventaja. Velemos, pues, para andar cuidadosamente, no como necios sino como sabios porque los días son malos (Efesios 5:15-16).-
☝️Dios nos bendiga 🙏 Amén.
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