02/08/2022
Gálatas 5:1
“Estén, pues, firmes en la libertad
con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de
esclavitud”. Amén.
Ser esclavo, estar encadenado o encarcelado lleva a ciertas imágenes. Personas con grilletes, barrotes, u oscuridad. Pero la verdad es que todos somos esclavos, presos o encadenados, de una u otra forma.
Puede ser algo tan obvio como: cigarrillos, alcohol, drogas, pornografía, o cualquier otro tipo de vicio que dañe, e impida glorificar a Dios.
Hay miles de ataduras. Muchas parecen inofensivas, pero nos alejan de la verdadera libertad que da Jesucristo.
Tal vez estás cautivo de los elogios, y sufres cada vez que te sientes ignorado. O anhelando el éxito a cualquier precio, esforzándote para lograr riqueza o poder.
Inclusive el trabajo o relacionarnos con otros, puede mantenernos esclavizados si no somos cuidadosos. Bueno es que sepas que Cristo vino a dar libertad.
Lucas 4.18 nos dice que el Espíritu del Señor está sobre Jesús, le ungió para dar buenas nuevas al pobre; sanar a quebrantados de corazón; pregonar libertad a los cautivos, dar vista a ciegos; y poner en libertad a oprimidos.
Te invito a pensar en situaciones en las que pudieras no ser libre. Medita sobre eso y ora. Pídele a Dios que te ayude a romper esas ataduras.
Porque donde está el Espíritu del Señor, ¡allí hay libertad! (2 Corintios 3:17).
¡Muy feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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