29/07/2022
“Si hablase lenguas humanas y angélicas sin amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Si tuviese profecía, entendiese todos los misterios y toda ciencia; tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese mis bienes para dar de comer a los pobres, si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es sufrido, benigno; no tiene envidia, no es jactancioso, ni se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, lo espera; todo lo soporta”. Amén.
Este es el capítulo del amor. Pablo no da una definición de amor, describe su importancia y expresión.
Es un amor que no es de origen humano; viene del Padre celestial. Es un amor altruista y a favor de los demás.
Los primeros versículos leídos son una advertencia. Sin amor, toda buena obra, incluyendo el servicio al Señor, no beneficia.
Cuando nos presentemos ante Cristo para ser juzgados por nuestras obras, cualquier acción realizada por razones egocéntricas no será considerada digna.
Todos estamos ciegos -hasta cierto punto- con respecto a nuestros motivos, pudiera ser difícil discernir por qué servimos a Dios o hacemos buenas obras.
Oremos para conocer las intenciones de nuestro corazón, y para que Dios sustituya cualquier motivación individualista.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto040522)
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