04.06.22
2 Corintios 4.16-18
“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Amén.
¿Estás impaciente por la espera de que el Señor sane tu cuerpo, o cambie una situación dolorosa?
Recuerda que Dios permite cosas, para hacernos madurar. Pablo experimentó muchas aflicciones, pero las consideró fugaces en comparación con la gloria que producirían. Es la clase de actitud que ayuda a resistir con paciencia.
3. Aplicar la paciencia con Dios. Qué mal se siente uno cuando Dios parece estar callado. Ten presente que no es que Él sea infiel a sus promesas, ya que ¡siempre llega a tiempo! Es nuestro tiempo el que no se corresponde con el de Él.
Un signo de impaciencia hacia Dios es la forma de queja constante. Cuando creemos saber más que Él, hacemos lo mismo que hizo el pueblo de Israel, por lo cual recibieron las consecuencias del enojo de Dios. Guarda silencio ante Dios, y espera en Él (Salmos 37.7).
Aprende a identificar los pensamientos que te impacientan. Profundiza más en la Palabra de Dios, confía más en Él. Comienza a dejar de preocuparte. ¡Descansa en Su sabiduría divina… ¡Y veras como Él hace su buena obra en ti!
Muy feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto010622)
No hay comentarios:
Publicar un comentario