05.06.2022
1 Timoteo 1:18-19; 4:1 “Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas, pelees la buena batalla, y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe”. Amén.
¿Estás tomando -hoy- decisiones que tu conciencia no te habría permitido en el pasado? Si es así, te has insensibilizado.
Dios usa nuestra “brújula moral” interna, junto con la guía del Espíritu Santo, para dirigir nuestras decisiones. La conciencia sirve como “sistema de alarma” para proteger al cristiano, cuando está a punto de caer en pecado. Es que la práctica del pecado hace perder la capacidad de percibirlo.
El malvado proceso comienza al desobedecer, y luego negarnos a encarar nuestra rebeldía. La conciencia nos alerta una y otra vez, pero, al final, se cerrará y se volverá inoperante, si persistimos en ignorar la señal de alarma.
¿De qué manera ver esto? Imaginando que todas las señales de tránsito han sido eliminadas: y todo es un desastre. No hacer caso a las “luces rojas” en nuestra vida, puede hacernos pensar equivocadamente que podemos avanzar, cuando lo que debemos es aplicar los frenos.
Autoanalizarnos es excelente opción para comprobar si nuestras señales internas están en buenas condiciones. Si no están funcionando bien, vamos a arrepentirnos delante del Señor. Una sana conciencia bien vale el esfuerzo.
Que Dios nos dirija y nos permita hacer ese análisis a nuestras conciencias. A nadie más que a nosotros le resultará de bendición.
¡Feliz día, y
que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: En.contacto-TPSH280613)
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