02.04.2022
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Amén.
¿Sabes cuál es el objetivo de tu vida como cristiano?
Las oraciones, el ayuno, las vigilias, asistir al templo y otras prácticas son buenas, pero no establecen ese objetivo.
Estos son medios para hacer que tu carne mengue y tu Espíritu crezca.
El verdadero objetivo consiste en renovar y someter tu carne perversa, diariamente, para llevarla a la obediencia de Cristo.
Cuando es real en ti el Plan de Salvación (que solo ofrece Jesucristo), se restaura la relación que estaba rota con Dios.
Luego, el mismo Dios nos va guiando a servir, ya que fuimos creados para hacer buenas obras en nombre del Señor Jesucristo (Efesios 2.10).
Pero no por buenas obras, vamos para el cielo… obra sin fe (en Cristo) es muerta.
La dependencia total del Señor (morir al yo mismo soy), aunque difícil, es lo que más rápido nos lleva a afianzar nuestra vida espiritual.
Y nos convierte en un reflejo visible de Cristo. Por desgracia, muchos cristianos no lo logran.
Aprendamos a persistir en la meta de la madurez en Cristo (Filipenses 3.14).
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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