12.01.2022
Josué 6.1-2
“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra”. Amén.
Dios le había dicho a Josué que le había entregado a Jericó. Algo que, desde una perspectiva humana, se veía difícil. Era un asunto de la sabiduría de Dios vs. la sabiduría humana.
Algo a tomar en cuenta aquí es que, desde el punto de vista de Dios, la batalla ya había terminado. Él dijo a Josué “Yo he (verbo en pasado) entregado en tu mano a Jericó”. La ciudad, aunque no era tan grande, pues su superficie es de 59 km², era bien importante, además de ser una tremenda fortaleza. Jericó se describe en la Biblia como la "ciudad de las palmeras" (2do. de Crónicas 28.15).
Josué al ver el Varón con la espada, como líder militar y valiente que era, además de precavido, lo investigó, y le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de los enemigos? (Josué 5.13). Él quería estar claro si ese varón estaba a favor o en contra.
Cuando vayas camino a tu “Jericó”, o sea a tus conquistas, revisa si el que está con espada en manos es tu enemigo o si realmente está de tu lado. Y, sobre todo, ¡apercíbete de que sea el Príncipe del ejército de Jehová el que siempre te acompañe!
Continuaremos…
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
No hay comentarios:
Publicar un comentario