Lucas 16:19-26 …Había un hombre rico, también uno mendigo llamado Lázaro, que se mantenía echado a la puerta del rico, lleno de llagas, y ansiando saciarse de migajas. Mueren ambos. El mendigo, fue llevado por ángeles al seno de Abraham; el rico, fue sepultado en el Hades, para muchos tormentos. El rico, viendo de lejos a Abraham, y a Lázaro, dio voces: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en vida; y Lázaro, males; ahora él es consolado aquí, y tú atormentado. Además, una gran sima (o separación) nos divide, de manera que ninguno puede cruzar al otro lado… Amén. ¡Te invito a que leas la historia completa!
En el relato se muestra que existe un lugar llamado Hades (en griego); y, en español, de muerte y tormento. Vimos que el alma del rico, quien se “diera la gran vida” fue a un lugar de tormento y fuego.
El rico, al ver a Abraham, y a Lázaro en el Seno de Abraham, pidió ayuda… “estoy atormentado en esta llama”, pero recibió como respuesta que ahora era Lázaro al que le tocaba ser consolado.
¿Qué nos enseña esto? Que toda persona humilde y obediente a la Palabra de Dios va a Su presencia, inmediatamente al partir de esta tierra, pero las almas incrédulas, engañadoras, vanidosas, orgullosas, etc…, y sin Cristo en su corazón, van a lugar de tormento eterno. ¡Y, sin pase de un lado hacia el otro! Aunque si ambas esperarán la resurrección de los cuerpos; unos para vida eterna, y otros para muerte y castigo eterno (Mateo 25.46).
Hay engañadores diciendo que existe un lugar intermedio, un “sueño del alma”, o un tal “purgatorio”, ¡creencia totalmente incorrecta y, por demás, antibíblica!
Tan falsa, como es de cierto, que solamente Jesucristo es quien intercede por nuestros pecados; que su sangre es la única que -en vida- limpia (1 Juan 1:7) También tan falsa, como que es alguien más que intercede por nosotros ante Dios. Romanos 8:34 dice que Cristo es el que murió, resucitó, está a la diestra de Dios e intercede por nosotros. ¡Esperemos que el Espíritu Santo los saque de sus errores!
Se sabio y elige bien: Gloria o confusión perpetua. Y no es cuestión de elegir de boca, sino de hecho y verdad. Recuerda: ¡Jesucristo es la única llave, si es que deseas ver a sus ángeles cuando te toque partir al más allá!
Feliz día. ¡Y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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