Juan 10: 3-4, 14-15 “A éste abre el portero, y las ovejas oyen
su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando
ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas
le siguen, porque conocen su voz. Yo soy el buen pastor; y
conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me
conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas". Amén.
Oveja
es un término que Jesucristo usó para describir a los hijos de Dios. Ovejas
de Jesús son aquellos que han puesto su fe en Él como Señor y Salvador, y
por quienes Él entregó Su vida.
Esas
ovejas se identifican por tres características: conocen
a su Pastor, escuchan su voz y lo siguen.
Nuestro
Pastor (Jesucristo) nos conoció antes de la fundación del mundo. Nos
buscó y llamó por nuestro nombre, cuando estábamos perdidos. Al responderle
con fe, fuimos creciendo en nuestro conocimiento de Él y en
nuestra capacidad de obedecer esa voz.
Pero
hay veces en que somos ovejas muy rebeldes, y no prestamos atención a la
Palabra de Dios, ignoramos las instrucciones y nos disponemos a
escuchar otras voces... Y mientras más nos alejamos, más difícil
se hace escuchar esa voz de nuestro Gran Pastor, Jesucristo.
Si
tienes dificultades para escuchar al Señor, el mejor remedio es
renunciar a tus deseos (humanos, carnales y temporales), y fijar tu
atención en lo que Dios quiere. Solo entonces podremos volver a
discernir la voz del Pastor llamándonos a Su Redil.
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
TPSH040121)
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