Efesios 2.1-2 “Y Él (Jesús) nos dio vida, cuando estábamos muertos en delitos y pecados, en los cuales andábamos en otro tiempo, siguiendo la corriente del mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”.
Todo seguidor de Jesucristo sabe la importancia de la Salvación, pero el “mundo” no logra entender esa necesidad. Es que quienes no tienen una relación personal con Dios, a través de Jesucristo, están...
1. Muertos espiritualmente. Con esa muerte, que ocurrió por primera vez en el huerto del Edén, llegó la desobediencia y el rompimiento entre Adán y Eva con Dios. Todo descendiente, incluso tú y yo, fuimos separados de Él (Romanos 5.12).
TODOS nacemos “muertos” y necesitamos de vida nueva. Quienes rechazan a Cristo como Salvador, experimentarán una segunda muerte; y serán separados de Dios por la eternidad (Mateo 25.41; Apocalipsis 20.14).
2. Viviendo en pecado y bajo ira divina. Nuestra naturaleza es desobedecer a Dios; y eso es pecado. Tristemente, lo más frecuente es elegir lo que desagrada a Dios.
El hombre, que es pecador desde su origen, no tiene nada aceptable que ofrecer al Dios santo; no existe manera de ganarse su aprobación y escapar del castigo.
Aunque TODOS merecemos sufrir la ira de Dios, Él abrió el camino para que podamos escapar, y es siendo justificados y limpiados con la sangre de Jesucristo. SOLO Él nos salva de la ira, nos reconcilia con el Padre (pues ahora somos sus enemigos), y nos ofrece vida eterna.
Feliz día. ¡Y que Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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