1 Juan 4:18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor. El que teme espera el castigo,
así que no ha sido perfeccionado en el amor”.
Con frecuencia somos confrontados
por el temor, sobre lo que otros digan de nosotros. Nuestra relación con Dios, y con los otros, no
prospera porque tenemos temores dentro.
Veamos antídotos que transforman una relación enferma en una saludable.
Entrégale tu corazón a Dios cada día: Lo primero a hacer, para vivir en
el amor de Dios, es entregarle tu corazón todos los días. En Job 11:13 y 15
dice “¡Si tan solo prepararas tu corazón y levantaras tus manos a Él en
oración! serás fuerte y estarás libre de temor”.
Cuanto
más te acerques a Dios, más amor habrá en tu corazón, y menos lugar para el temor.
Cambia las prioridades: Recuerda lo que Dios piensa de ti,
y no lo que el mundo piense. Salmos 8:3-4 dice: “Cuando veo tus cielos, obra de
tus dedos, la luna y las estrellas que formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para
que tengas de él memoria?”.
Cada día recuerda la forma incondicional en que Dios te ama.
Mira a tu alrededor: Al comenzar a ocuparte más por otros,
veras menos tus temores. En Juan 15:12-13 dice: “ámense unos a otros de la
misma manera en que yo los he amado”.
Cuando empiezas a enfocarte en otros, tienes mayor perspectiva y amistades.
¿Quieres deshacerte del temor? Reemplázalo con el amor de Dios.
Lo opuesto al temor no es fe, sino amor.
Al
invitar el amor de Dios a la puerta de tu corazón, el temor huirá por la puerta trasera.
Feliz día. ¡Y que Dios te
bendiga!
Mario De Jesús
(Referencia: VTRH Ministries)
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