Sábado 27
1 Tesalonicenses 5.14-18
“También
rogamos, hermanos, que amonesten (corrijan) a los ociosos, que alienten a
los de poco ánimo, que sostengan a los débiles, que sean pacientes con
todos. Que ninguno pague a otro mal por mal; antes sigan siempre lo
bueno para con todos. Esten siempre gozosos. Oren sin cesar.
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con ustedes
en Cristo Jesús”.
Cristo dijo que tendríamos aflicciones (Juan 16.33), y ¡estaba taaan en lo cierto! Pero, por desagradables que sean los problemas, hay motivos suficientes para agradecer. Veamos 2 ayudas con las cuales contar en las adversidades:
1. Protección. No es que Dios evita que los creyentes sufran, pero sí nos ofrece protección y acompañamiento en las luchas. Una vez que ponemos nuestra fe en Cristo, el Espíritu de Dios habita en nosotros y nunca nos deja. Además, tenemos la seguridad de que nada puede separarnos de su amor (Romanos 8.38-39). Nuestro Dios camina con nosotros en medio de las dificultades, y nos da orientación y revelación acerca de la verdad.
2. Paz. Aunque las dificultades causan ansiedad, la paz de Dios está disponible para quienes le buscan. Tu serenidad interior NO dependerá de que las circunstancias mejoren; es el resultado de tu relación con Él. Preocupémonos más por confiar en Dios que por arreglar el problema.
Al reconocer la provisión del Señor, expresemos
gratitud de manera genuina. Fijemos nuestros ojos en Él y NO en las
circunstancias. Puede que no sepas cuál es el propósito de cada prueba,
pero puedes descansar en que Dios es bueno y confiable.
Feliz día. ¡Y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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