miércoles, 17 de noviembre de 2021

“Gracia Para Vencer”

Hebreos 4.14-16

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. 

El Señor dijo que, aunque la adversidad es parte de la vida, Él ha vencido al mundo (Juan 16.33), y por la abundante bondad, compasión y amor de Dios por sus hijos, no tenemos que desanimarnos. 

Sabremos que la gracia divina de Dios obra en nosotros al disfrutar de las siguientes sensaciones... 

·         Fuerzas para perseverar. Por medio del Espíritu Santo, Dios libera su poder en nosotros. 

·         Espíritu de confianza. El Señor nos entiende y exhorta a acercarnos a Él en busca de ayuda. 

·         Sensación de presencia. Cuando la Gracia está en acción, somos conscientes del apoyo constante del Espíritu Santo. 

·         Enfoque en Dios. Con la ayuda divina, apartaremos nuestra atención de los problemas, y la pondremos en dirección al Señor. 

·         Confianza en que Dios siempre guiará hacia adelante, y no solo a duras penas, sino más cerca de Él y con más fe. 

·         Seguridad en la soberanía de Dios. Confiando que Él tiene control de nuestras pruebas, y nos dará lo necesario para soportar todas las cosas. 

Pablo experimentó sufrimientos peores que la mayoría de los nuestros, pero no se rindió porque recurría a la Gracia de Dios para cada circunstancia. 

¿En qué necesitas un poco de Gracia para no rendirte o apartarte de Dios? No te entristezcas y ¡pídela a Él con fe! 

Feliz día.  ¡Y que Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

(Referencia: En.Contacto)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA PALABRA DE DIOS ES VIDA

10.05.2024         Isaías 55:10-11 “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra,...