En tiempos difíciles, es muy fácil preguntarnos ¿por qué el Señor se tarda en responder? Te recuerdo que esa es una perspectiva errónea… ¡Dios siempre llega a tiempo!
Así como lo hacía el salmista, en varias ocasiones también nosotros, hemos clamado a Dios desde lo más profundo de nuestro ser, pero a medida que el tiempo avanza, y no vemos la respuesta esperada, nos vemos tentados a tomar el asunto en nuestras manos.
Ahora bien, ningún creyente debe actuar como lo hace el mundo. No podemos proceder basados en razonamiento humano o por ejemplo de otros. Nuestra dirección debemos afianzarla con la voluntad de Dios.
Solo cooperemos para que el tiempo de espera sea productivo y beneficioso. Dios puede usar esos “momentos de espera” para revelarnos conductas o pensamientos distorsionados, ¡y para cambiarnos el corazón!
Esa espera ayuda a profundizar en la confianza y dependencia del Señor. Al seguir el plan de Dios, recibimos su gracia para soportar situaciones difíciles, con confianza y paz.
Si estás esperando respuesta de Dios, en Él debe estar tu esperanza; y en su tiempo, verás el avance, ¡pero con propósito y bien!
¡Feliz día y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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