Salmos 86.10-15
“Porque tú eres grande, y
hacedor de maravillas; sólo tú eres Dios. Enséñame, oh Jehová, tu camino;
caminaré en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre. Te alabaré,
oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre. Porque
tu misericordia es grande para conmigo, y has librado mi alma de las
profundidades del Seol (infierno, sepulcro). Oh Dios, los soberbios se
levantaron contra mí, … y no te pusieron delante de sí. Mas tú, Señor, Dios
misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y
verdad”.
Si hoy te sientes afligido, desolado y necesitado, deberías decirle
lo que el salmista David le decía a Dios: Inclina, oh Dios, tu oído,
y escúchame (vs.1).
¿Te
sientes a la deriva y sin protección? Recuerda decirle a Dios
que guarde tu alma, TE SALVE, y tenga de ti misericordia, porque tú en
Él confías. No dejes de clamarle,
aunque no percibas ni una ventanita de claridad. Aunque haya momentos nublados,
pídele a Dios que ponga alegría en tu alma y corazón; y ¡adórale!
(vs.4).
Siempre recuerda
que Dios es bueno, perdonador y misericordioso para con los que le invocan.
Él está atento a tu oración; especialmente en esos días en que la angustia
te nubla la razón y los pensamientos (vs.5,6). No dudes NUNCA de Su
respuesta.
Te puedo decir, con testimonios más que probados, que no hay Dios como Él (vs.8). Deja de poner tu confianza en vanidades, ídolos, tradiciones, rituales… nada de eso, ni sirve ni tiene valor, es solo basura ante el Dios grande y Todopoderoso, creador de Cielos y Tierra. ¡A Ese ama, honra y obedece… porque te conviene!
¡Feliz día y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
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