1 Tesalonicenses 5.16-19
“Estén siempre gozosos. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús. No apaguen al Espíritu”.
Hoy les invito a que ¡oremos sin cesar! Dios no espera que nos pasemos la vida susurrando oraciones como cotorras o papagayos, pero sí que estemos atentos a Él, también a compartirle nuestras peticiones, darle nuestra alabanza y agradecimiento.
Todo lo anterior, podrá ser real cuando hagamos de la oración una prioridad; reservemos tiempo para estar a solas con Dios, leamos su Palabra y conversemos amorosamente con Él.
Es bueno que sepas que orar no es solo llevar una lista de peticiones, tampoco orar para salir, comer, dormir o levantarte. ¡Es más que eso!
Una buena relación requiere tiempo y comunicación de doble vía. Por eso, es tan importante, que tengas un tiempo diario de lectura bíblica, para que puedas comentarle a tu Padre sobre lo que Él dejo por escrito; qué te gusta, que no entiendes, y en que necesitas que Él te ayude.
Cuando orar lo conviertas en un hábito, tus pensamientos se harán más dependientes del Señor; en obediencia y agradecimiento, así como en adoración.
¿Estas luchando por ese hábito? ¡Pídele ayuda a Dios! Pero, ten en cuenta, que un hábito de oración también requerirá tu diligencia.
Pon tu despertador, sea para levantarte de madrugada o más temprano; o para tener un tiempo durante el día. ¡Valdrá la pena! El resultado será una relación personal y satisfactoria con tu amoroso Padre celestial.
Yo lo intento cada día… ¿Y tú? ¡Inténtalo. ¡Podrás hacerlo… solo que tomes la decisión!
Feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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