Marcos 9.30-32
“Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en mano de hombre, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle”.
Casi todos sufrimos de sacar conclusiones y hacer suposiciones; incluso, los discípulos pasaron por alto una verdad importante en este sentido. Jesús les dijo varias veces que iba a ser crucificado y que resucitaría después de tres días. Sus oídos escucharon, pero NO sus mentes ni sus corazones.
Los discípulos sabían que Jesús era el Mesías, pero sus suposiciones sobre cómo y cuándo vendría su Reino, les impedía escuchar cómo decía el Señor que eso sucedería. Estaban buscando a un Salvador que impusiera su poderío, su fuerza y que derribara a Roma, para luego gobernar con los discípulos a su lado.
Ahora bien, las palabras de Jesús sobre su muerte y resurrección eran todo lo opuesto a eso. Los discípulos no entendieron la promesa de la resurrección, así que cuando Jesús murió, sus sueños también murieron, y se sintieron sin esperanza.
Y ¿cómo pudieron ellos, ser tan duros de entendimiento? Antes de juzgarlos, recordemos que nosotros también hemos tenido ideas sobre cómo debería el Señor obrar.
Los caminos de Dios no siempre coincidirán con los nuestros, porque Él trabaja desde una perspectiva eterna y nosotros no. Por eso, recordemos que ¡sus caminos son perfectos, por tanto, son los mejores!
Deja de lado tus expectativas, ¡y confía en el Señor!
Feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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