Salmos 55.16-18, 22
“En cuanto a mí, a Dios clamaré; y me salvará. Tarde, mañana y a mediodía oraré y clamaré, y Él oirá mi voz, redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque contra mí haya muchos. Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”.
¿Alguna vez has despertado en medio de la noche con una carga pesada en tu corazón? Hay veces que ese peso viene del Señor, y será quitado cuando Él haya logrado su propósito. Por ejemplo, impulsarte a orar, o motivarte para que hagas la voluntad de Dios. Otras cargas son causadas por el pecado… esas, agobian hasta que las confieses.
Pero las cargas cotidianas no son para nosotros, los que confiamos en Jesucristo.
Muchos piensan que están destinados a vivir con cargas que deben manejar sin “molestar” a Dios. Pero, en realidad, se trata de caminar obedientemente con Él y confiar en que hará el trabajo pesado. Aprendamos a depositar toda carga sobre Él, y a identificar la preocupación. Entrégala y ten fe en Dios.
Renunciar al control no significa dejar de pensar en la carga. Es seguir llevándola a Dios en oración, escuchar su dirección y bendecir su nombre.
Ninguna preocupación te destruirá si está puesta en manos de Dios. ¿Estás llevando alguna carga pesada? Suéltala, que Dios quiere llevarla, como también desea llevarte a ti.
Que tengas un feliz día sin cargas, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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