Salmos 121.1-3
"Alzaré mis
ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de
Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni
se dormirá el que te guarda".
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová”. Cuando se escribió esto, había ladrones que vivían en las montañas, y que acechaban a los viajeros, quienes se convertían en víctimas inocentes. El trabajo de David, como pastor de ovejas, lo llevaba a zonas peligrosas, donde, no solo ladrones, sino también animales salvajes constituían una gran amenaza.
Tu vida puede ser como un territorio “montañoso”. ¿Te habrás preguntado qué peligros te acecharán en el futuro? Solo el Señor puede ser tu verdadero ayudador y protector. Tus seres queridos pueden darte ayuda hasta cierto punto, pero Dios, quien lo sabe todo, tiene todo el poder necesario para socorrerte como lo necesites.
“No dará tu pie al resbaladero”. Dios ha provisto todo lo que necesitas para evitar que caigas en pecado. Mediante su Espíritu Santo te dirige y te da poder. Su Palabra te alumbra el camino para que no resbales, pero, hay veces, que eliges pecar. ¡Cuán lamentable es eso!
El Dios Todopoderoso puede impedir que desobedezcas, pero Él no interfiere con tus propias decisiones. Lo que hace es sostenerte, dándote el poder para andar en sus caminos. Su poder hace todo lo posible para protegerte.
Aunque las fuentes de tus problemas sean diversas, ya sean por circunstancias externas, o por tu propio pecado, y te lleven a estar en peligro y atemorizado, te recuerdo que tienes en Dios, a quien te conduzca a una total seguridad. Ten eso bien presente, ¡y refúgiate en Él!
Feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto-TPSH290616)
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