Filipenses 3:13-14
“… pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta”.
Dios no quiere que creamos que ya logramos todo. Necesitamos trabajar con metas, a fin de poder lograr sus propósitos.
Al NO establecer metas, la vida es como el fluir de un río… dirección incierta, y sin poder decir hacia dónde nos dirigimos, mucho menos a dónde llegaremos. ¡Necesitamos ponernos metas!
Dios tiene metas para el universo, para la historia, y para la eternidad. Las metas fortalecen la vida espiritual. En Lucas 14:28 al 30 dice que no comencemos algo sin calcular los gastos, para que luego no digan ¡Ahí está el que comenzó un edificio y no pudo terminarlo! Si te pones, y logras metas, tu testimonio tendrá mayor credibilidad.
Las metas forman tu carácter. Y Dios está muy interesado en tu carácter más que en tus logros. En Filipenses 3:12, Pablo dijo: “sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo”. Seguir adelante requiere trabajo. Mientras trabajas en tu meta, Dios formará tu carácter.
Las metas también estiran tu fe. Cuánto más grande sea tu meta, más se estirará tu fe, y eso le agrada a Dios. Si no tienes metas, no necesitas fe. Y si no necesitas fe, la Biblia dice: que es imposible agradar a Dios.
No verás nada excitante
en tu vida hasta que empieces a soñar en fe, definiendo metas.
Toda meta trae recompensa, tanto aquí en la tierra, como en el cielo. En
Proverbios 11:27 dice que quien hace el bien se gana el respeto de los demás.
Si tus metas son buenas, serás respetado. Pero la verdadera y más grande meta
que debes incluir en tu vida es llegar a la Eternidad en gloria.
Feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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