Lamentaciones 3.22-25
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en Él esperaré. Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca”.
Dios ha sido bueno contigo, ¿verdad? Pero no pienses solo en los bienes materiales que te ha permitido. Todo lo que puedas pensar, pudiera ser bueno, pero, lo bueno de Dios va más allá de todo lo que puedas imaginar. Porque verdaderamente, ¡Dios es bueno!
Su mayor bondad, se expresa por medio de su misericordia en su plan de salvación para la humanidad, con la cual nos rescata de la esclavitud del pecado.
Dios también se interesa por nosotros cuando estamos sufriendo. El ciego Bartimeo clamó a Jesús por misericordia, y el Señor respondió sanando sus ojos (Marcos 10.46-52). Bartimeo no merecía misericordia, pero la naturaleza de Dios es responder a necesidades en sus hijos amados.
Ninguno de nosotros, no importando qué buen comportamiento tengamos, merece el favor de Dios. Sin embargo, puesto que no somos capaces de salvarnos a nosotros mismos, el Señor, en su bondad, tomó nuestra culpa y sufrió la pena de muerte en nuestro lugar. Al ser salvos, somos invitados a vivir por la gracia de Dios y, por tanto, a recibir constantemente su favor y su ayuda.
El Océano Pacífico, a pesar de su inmensidad, parece apenas una gota en comparación con el amor ilimitado de Dios y su Hijo Jesucristo. Ningún pecado que podamos cometer puede llevarnos fuera del alcance de su amor. Ahora sí, ¡piensa en todo lo que el Padre ha hecho por ti!
Feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto-301017)
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