Ezequiel 18:30
“Por tanto, Yo juzgaré a cada uno según sus caminos, … dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas sus transgresiones, y no será la iniquidad causa de ruina”.
Te cuento la siguiente historia: Un doctor fue llamado de urgencias a una cirugía. Entró en el hospital de prisa, y fue directamente a la sala de cirugía. A la entrada al hospital se encontró al padre del niño que iba a operar, que le gritó: ¿Por qué se tomó tanto tiempo en venir? La vida de mi hijo está en peligro. ¡Usted no tiene sentido de responsabilidad!
El médico dijo: Lo siento señor, no estaba en el hospital, vine lo más rápido que pude. Voy de inmediato a hacer mi trabajo. Le dijo el padre enojado: ¿Qué pasaría si fuera su hijo el que estuviera en esta situación? Si se estuviera muriendo, ¿qué haría?
El médico sonrió y le contestó: Job dijo: Del polvo venimos y al polvo volveremos, ¡bendito sea el nombre de Dios! No podemos prolongar la vida a nadie, pero hacemos todo lo posible, ¡según la gracia que Dios nos permita!
Murmuró el padre: Dar consejos cuando no se tiene el problema, ¡es tan fácil!
La cirugía se realizó con éxito, y el medico salió muy apresurado. Le dijo al padre: Gracias a Dios, su hijo se ha salvado! Si desea hacer alguna pregunta, hágasela a las enfermeras.
El padre dijo: Qué doctor tan arrogante, ¿no podía esperarse algunos minutos más para preguntarle a él?
Una enfermera, con lágrimas en su rostro, le respondió: El hijo del doctor murió ayer en un accidente, cuando le llamamos, estaba en su entierro. Ya él le salvó la vida a su hijo, dejémoslo ir para que pueda enterrar al suyo.
¿Hasta cuándo juzgarás injustamente? No tienes el
poder de saber qué está pasando en la vida de nadie. ¡Medítalo!
Feliz día. ¡Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda Messina Ventura
(Referencia: TPSH170113)
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