Gálatas 5.16-18, 24-25 “Anden en el Espíritu, y no satisfagan
los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagan lo que quieran. Pero si son
guiados por el Espíritu, no están bajo la ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.
Un bebé,
para aprender a caminar, necesita tiempo y práctica.
Cuantos más pasos dé, más diestro se volverá; hasta que caminar sea parte de su
vida. Es el mismo principio en cuanto a
lo espiritual. Cuando recién venimos a Jesús, nuestros pasos son pequeños e
inciertos, pero a medida que practicamos y maduramos, caminar en el Espíritu se convierte en parte normal de nuestra vida
cristiana.
El
primer paso para caminar en el Espíritu es estar claros que no se puede vivir en
santidad mediante esfuerzos humanos. Hasta que no se entienda esa verdad,
seguiremos confiando en nuestras propias habilidades; iremos de fracaso en
fracaso, y confesándole al Señor los mismos pecados.
El
segundo paso es reconocer que el Espíritu Santo es quien nos ayuda a vencer los deseos
pecaminosos. Es imprescindible pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a
comprender la Palabra y voluntad de Dios.
Oremos
para que Él, nos ayude a repudiar el pecado, y
nos impulse el deseo de conocer, amar y obedecer a Cristo todos los días.
Nuestro
mayor objetivo, luego de decirle si a Jesucristo, es rendirnos al Espíritu Santo,
y seguir sus indicaciones.
¡Feliz día. Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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