Jonás 1.1-3 Vino palabra de Jehová a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive,… y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis,… lejos de la presencia de Jehová. Amén.
Desde el
momento en que Jonás decidió huir del plan de Dios, su corazón estuvo en rebelión.
Los ninivitas
eran enemigos de Israel; agresivos y crueles,
por lo que Jonás tenía sus razones para despreciarlos. Pero Dios
amaba a los ninivitas y deseaba su arrepentimiento. Así, sigue amando Dios
a este mundo tan distorsionado, desviado y caído.
Pudiera
ser que la tarea de Jonás tuviera como
propósito quebrantar su espíritu carente de amor, esa actitud era tan
fuerte que prefirió morir, antes que ver salvo al enemigo (4.3).
¿Estaría
Dios moldeando el carácter de Jonás para que reflejara el Suyo? ¿Será eso mismo lo que Dios estará haciendo contigo?
Aunque el
Señor deseaba un siervo dispuesto y amoroso, Jonás se resistió. Su
orgullo y odio lo impulsaron a desobedecer y a alejarse de Dios. Pese a que
los ninivitas se humillaron y apartaron de su pecado, Jonás se amargó. No
te sigas amargando tú por lo que no entiendes, Dios si lo comprende bien.
Aunque el
proceso por el cual estés pasando se vea doloroso, hoy quiero
decirte que es para bien tuyo, y para que aprendas a glorificar a
Dios. Solo medita y dile a Cristo:
Ayúdame a cambiar de actitud.
Feliz
día. ¡Y que Dios bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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