Hebreos 10.23-25 “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para
estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos,
como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto
veis que aquel día se acerca”.
¿Por qué existen
los templos y tenemos que visitarlos? Es
la pregunta de algunos. Entienden que solo basta con creer en Jesús y leer la
Biblia. Sin embargo, aquí vemos unos versículos que nos dan razones por las cuales es sano para el cristiano congregarse.
Los templos y
sus líderes contribuyen en nuestro crecimiento espiritual. Aunque es cierto que no se necesita
depender 100% de otros para acercarse a Dios, ya que ¡Jesús es el mediador
perfecto!; pero un líder, sea pastor, sacerdote u otro, te lleva a entender
que en una congregación se es familia; que
tiene cabeza, y que es un sistema para que la fe crezca.
Hay quienes no se comprometen con nada ni con nadie. Eso ocurre, algunas veces, por ignorancia; otras, por necios. Algunos lo hacen huyendo a los compromisos de apoyar la obra de Dios… ¡pobrecitos! Mientras que otros, siendo prudentes y obedientes, se les ve ir gozosos al templo a compartir, edificarse y estimularse con sus hermanos de fe.
El
necio acomoda la Biblia a sus creencias; el sabio y prudente, acomoda su vida a
la Biblia.
Hay quienes toman versículos, los sacan de
su contexto, y los acomodan, ¡cuán faltos de conocer a Dios que están! El hombre no fue hecho para estar solo. Fuimos
hechos para ser una comunidad; es más, Dios es una comunidad: Padre, Hijo y
Espíritu Santo.
En resumen, los templos existen para mantenernos juntos
y firmes en lo que hemos creído; para
estimularnos al amor y a las buenas obras; y para exhortarnos.
La Biblia es
clara cuando dice que ninguno deje de congregarse. Necesitamos de otros seres humanos que nos ayuden a crecer y a madurar.
Pablo era como un padre espiritual para Timoteo, Elías para Eliseo, y así
encontramos muchos mas en la Biblia. Y a ti, ¿quién te está ayudando a crecer en
tu fe?
Recuerda que, aunque Jesucristo es fiel en sus promesas, no debes dejar de congregarte. ¡Los días malos se acercan! Un carboncito solo, nada más le queda apagarse. No seas tú ese carbón. ¡Congrégate!
¡Muy feliz día. Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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