Hebreos 12.15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de
alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.
¿Alguna vez te has preguntado cuál es el origen del sentimiento llamado amargura? Normalmente se ve como una reacción al querer algo que otro tiene. Pero, en realidad, es resentimiento hacia Dios por NO haber tenido lo que otros.
La amargura surge de un corazón dominado por:
LA CODICIA. Esta hace vivir en enojo por lo que Dios NO ha dado, y lleva a querer
lo que tienen otras personas. Hace creer
que la felicidad depende de tener lo que el otro tiene.
EL ORGULLO. Te lleva a ver el éxito de otros como una competencia para ti, y, a la vez, a verte como un incompetente. En el intento de reconfortarte, existe menosprecio por aquellos y por sus logros. Te molesta el éxito ajeno.
Todo esto causa grandes daños, tanto a lo humano, como en lo espiritual. Es muy importante corregir esas actitudes antes de que se conviertan en devastadores hábitos.
Ve y exprésale tu gratitud a Dios por lo que te ha dado. Dile que has entendido que tu felicidad no depende de lo que el otro tenga, ni de compararte como ellos.
Por último, alégrate con aquellas personas a quienes Dios ha bendecido. Tus bendiciones, al ser libertado de la amargura, pudieran comenzar a tocar tu puerta!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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