viernes, 19 de febrero de 2021

“¿Distraído ante la voz de Dios?”

1 Samuel 3.4-10 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí, ¿Para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió a acostar. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye”.  

¿Alguna vez hablaste con alguien que no te puso atención? Es algo frustrante. Cuando deseas compartir algo, esperas atención, ¿verdad? Dios espera lo mismo de ti. Si has estado caminando con Él, escucharás su voz; sea como un suave susurro en tu espíritu, o como una señal obvia y milagrosa. 

Pero NO siempre caminas perfectamente con el Señor, ¿cierto? Cuando te distraes, Dios pudiera hacer algo para llamar tu atención. Enviarte una palabra de sabiduría a través de alguien; hacer algo drástico; provocar un hecho inesperado, o un cambio de dirección. 

Cuando NO estas sintonizado con el Espíritu Santo de Dios, tus señales de advertencia parecerán ataques espirituales. Detente y piensa: ¿Sera que Dios está tratando de llevarme a su terreno? ¡Mejor será que aprendas a conectarte con Dios y a discernir su mensaje! 

¡Feliz sábado. Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

(Referencia: En.Contacto)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESA GRACIA INMERECIDA DE DIOS

27.11.2024 SANTIAGO 1.17-18  “ Toda buena dádiva y don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, n...