Tu Palabra Sabia de Hoy
13.12.2020
1 Corintios 2.1-5 “Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el testimonio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría. Me propuse, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de este crucificado. Es más, me presenté ante ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo. No les hablé ni les prediqué con palabras sabias y elocuentes, sino con demostración del poder del Espíritu, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios”.
Compartir nuestra fe es parte importante de nuestra vida cristiana; es la forma en que otros pueden llegan a conocer a Jesucristo. Pero ¿cómo comunicar esa Buena Noticia?
Cuando el Señor abre puertas para una conversación espiritual, habrá veces que no estaremos seguros qué decir, y hasta pudiéramos preguntarnos si ese mensaje será recibido. Es más, si la otra persona es un miembro de la familia o compañero de trabajo, pudiéramos preocuparnos sobre si se creará resistencia en la relación.
Cuando Pablo fue a Corinto, lo hizo con debilidad, temor y temblor, pero su preocupación fue por la salvación de las personas, no por sí mismo. No trató de manipular a nadie para que recibieran a Cristo como Salvador, tampoco trató de impresionarlos con conocimiento y sabiduría. Vino con humildad, y confiando en el poder del Espíritu Santo para salvar esas almas perdidas.
¿Cómo debemos dar testimonio? No apoyándonos en nuestros conocimientos, sino confiando en que el Señor nos usará con nuestros temores y debilidades. Por tanto, dejemos de enfocarnos en cómo seremos percibidos o si seremos rechazados.
En vez de eso, recuerde que al compartir el Evangelio, Dios salvará a los perdidos, si así ellos lo disponen.
Feliz día, ¡y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario