Tu palabra sabia de hoy
17.10.2020
Hebreos 12.1-2 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
La vida cristiana se compara a una carrera, cuya línea de llegada es la eternidad. El objetivo es mantenerse corriendo -resistencia-, pero no sabremos cual es el camino a seguir a menos que nos enfoquemos en Cristo.
Como en cualquier carrera de larga duración, habrá obstáculos para tropezar o desviarnos. Las tentaciones nos harán creer que son hermosos pastos verdes. También el afán pudiera mostrar sendas retorcidas, con final de dolor o agotamiento.
Aunque el pecado es la amenaza más obvia, todo lo que se anteponga a tu relación con Dios puede guiarte por camino equivocado. Incluso, las mismas bendiciones de Dios pueden ser un obstáculo, si comienzas a darle prioridad sobre el Señor.
Cuando la preocupación y el temor se apoderen de tu mente, o te quieran llevar a situaciones en las que el Señor nunca quiso que estuvieras, sentirás que se desgastan tus fuerzas. No permitas que tu familia, trabajo y placeres te distraigan de la búsqueda sincera de Cristo.
Como creyente, debes fijar tus ojos en Cristo, pues es tu guía y destino; y quien te dará la bienvenida al hogar celestial cuando cruces la línea de llegada en la eternidad.
Feliz día. ¡Y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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