Tu palabra sabia de hoy
18.10.2020
Éxodo 34.6-7 “Y pasando Jehová por delante de él (de Moisés), proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación”.
Es posible que todos hayamos tenido la bendición de recibir misericordia cuando más la necesitábamos. Que hayamos sido perdonados por herir los sentimientos de alguien o por traicionar la confianza de un amigo. O tal vez alguien estuvo a tu lado en un tiempo difícil, dándote apoyo.
Cuando se decide ser bondadosos, compasivos o perdonadores, hay un efecto dominó que se extiende más allá de estos pequeños actos de misericordia, e impacta la manera en que interactuamos con Dios y con las personas de nuestro entorno.
Dios no elige ser misericordioso ni piadoso, es parte integral de quien es Él.
Salmos 145 hace eco de Éxodo 34, al decir: “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras” (vss. 8-9). También lo vemos en Salmos 103:8.
¿Pudieras traer a tu memoria algunos momentos en que has sido compasivo con los demás? Normalmente, ¿muestras misericordia? ¡Medítalo! Ser misericordioso es una forma de obediencia a Dios.
Dice en Proverbios 22:9 “El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al indigente”. Y Mateo 5:7 “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.
Feliz día. ¡Y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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