Tu palabra sabia de hoy
Lunes 24.08.2020
Lucas 22.41-42 “Y …puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Leyendo el libro “Una cita en el Altar”, del pastor Néstor Blanco (¡un excelente libro!), llegué al capítulo 44, el cual quisiera compartirlo completo, pero solo lo resumiré.
Como cristiana, que trata, cada día, de afirmarse a lo bíblico, sufro mucho siempre que oigo en labios de cristianos, que parecen maduros en la fe, las expresiones: Declaro, desato o decreto.
Ese capítulo está titulado “Oración versus declaración”. Espero ayudarte a discernir un poco sobre el tema. Veamos…
Hay una tendencia perniciosa entre los cristianos de hoy; se refiere a la expresión “declarar” (yo también le agrego desatar y decretar). Estas expresiones se utilizan como si fueran una garantía de que lo que se dice ocurrirá.
Esa es una postura que refleja desconocimiento acerca del comportamiento de Dios. Además, son modas o tendencias que se ponen en boga por influencia de algunos predicadores.
Son ideas graciosas que le hacen creer a la gente que tienen poder de obtener favores de Dios, por el solo hecho de expresarlo; como si por su palabra “mágica” producirán milagros, ignorando la voluntad y soberanía de Dios.
Es preciso entender que nuestras “declaraciones” carecen de autoridad, a menos que Dios este de acuerdo con ellas. Lo primero que se debe entender es que Dios es soberano, y no concederá nada, a menos que este alineado a lo que Él quiere y tiene para nosotros.
Es necesario reconocer que hay problemas con la forma de pedir algo a Dios. La motivación puede ser sana, pero no tienes que declararlo.
Continuaremos…
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Una.Cita.en.el.Altar)
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