Tu palabra sabia de hoy
Sábado 21.3.2020
Hechos 2:1-4 “Cuando
llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa
donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
daba que hablasen”.
Después del despertar espiritual histórico, Pedro y Juan caminaban hacia el
Templo cuando se encontraron con un cojo mendigando. Pedro le dijo que ni plata
ni oro tenían, pero que le darían lo que tenían: “en el nombre de Jesucristo
de Nazaret, levántate y anda” (Hechos 3:6). Y el cojo fue sanado!
Ese milagro
fue glorioso, y la presencia de Dios bien real. Es que Dios conmueve el alma
más allá de lo conocido. Pero a Dios le agrada que te sujetes en Él. Ama
el corazón que lo busca, y se aferra a su esperanza de sanidad y transformación.
Cuando Dios manifiesta su gloria, su poder demanda atención.
Vivimos
tiempos difíciles, pero milagros como el aquí mencionado puede hacerlos
Dios, en un pestañeo. Solo cree y decide experimentarlos! La gente anhela
el toque de Dios, pero no están dispuestos a honrarlo. Milagros si,
compromisos no. Qué lindo es así…
Dios puso toda su majestad y poder en
una única fuente: Jesucristo. Debido a su poder transformador, tú puedes experimentar su presencia
y vivir una vida que testifique que Él sana, restaura, levanta y da vida
eterna en gloria!
Disponte a vivir tu día de
pentecostés, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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