15.06.19
Colosenses 4.1,5,6 “Jefes, hagan lo que es justo y recto con sus subalternos,
sabiendo que también ustedes tienen un
jefe en los cielos. Caminen
sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea su palabra
siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben responder a cada uno”.
Normalmente, los
desacuerdos surgen cuando dos personas ven los hechos diferentes. Es muy fácil tomar
posiciones opuestas de un tema, ya que se hacen
suposiciones diferentes. Esto puede
ocurrir al testificar de Cristo a otros.
Tu objetivo nunca debe ser iniciar un debate, sino compartir el
evangelio.
Si alguien se opone a lo que dices, podría desviarte con sus argumentos. Sin
embargo, cada uno tiene algo que nadie
más puede refutar: tu testimonio personal. Eso no es tema de debate, sino oportunidad de explicar tu propia
experiencia y los resultados de tu decisión de seguir a Cristo.
Todo creyente tiene un arma poderosa en su
arsenal espiritual. Cuando compartes lo que Cristo ha hecho en ti,
nadie puede decirte: “Eso no está bien” o “Eso no sucedió en realidad”.
Tu testimonio de fe es tu propia
narración creíble, de un testigo del poder de Dios.
Mantente preparado para compartir tu historia. Las oportunidades llegan
de repente, y no debes dejar que pasen,
por el mero hecho de no saber qué decir.
Dedica algunos momentos de esta semana para pensar en tu historia con Cristo, y haz un resumen de tu historia
de fe. Pide
luego que te abra una puerta para compartir el mensaje.
Al llegar la
oportunidad, estarás listo para contar a
los demás lo que el Señor ha hecho en tu vida.
Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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