15.04.19
Juan 5:2-5 “Hay en Jerusalén, cerca de la puerta de
las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene 5 pórticos. En
éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que
esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo
al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después
del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y
había allí un hombre que hacía 38 años que estaba enfermo”.
La cantidad de
actividades que realizas no te permiten disfrutar la vida como Dios
quiere, y al final terminas enfermándote. Muchas veces has soñado alcanzar
algún objetivo, pero al ver tus limitaciones te has quedado en el mismo lugar,
sin poder movilizar ni un dedo.
Al hombre cojo de este relato, con 38 padeciendo de esa enfermedad, cuando Jesús lo vio, le preguntó: ¿Te gustaría recuperar la salud? (vs.6). Luego de la pregunta, Jesús le dijo: ¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda! ¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! (vss. 8 y 9)”. La misericordia de Dios fue visible para con este cojo, también lo puede ser para contigo!
Si hoy te encuentras desalentado y cansado de
tanto insistir, y no ves ni una sola señal de que la respuesta de Dios está próxima,
no pierdas la esperanza en Aquél que
prometió suplir tus necesidades!
Quizá estás atravesando por enfermedades físicas, con la que por mucho tiempo has luchado. Pero hoy Dios te dice: ¿Te gustaría recuperar la salud? Dios conoce tu necesidad al igual que la de las personas que estaban alrededor del estanque.
No pierdas la esperanza en Jesús y persevera en Él. Dios no se ha olvidado de ti, Él te dice hoy: ¡Ponte de pie y anda!
Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: CVCLaVoz)
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