14.4.19
2 Timoteo 4.16-18 “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi
lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el
Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la
predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del
león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino
celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
Pablo preso experimentó incomodidades físicas, ataques personales y traiciones.
¿Por qué permitía Dios que su siervo soportara eso? ¿Por qué no intervenía para
protegerlo? A veces, Dios no te evita el sufrimiento porque te está preparando algo
mejor. Puedes sentir que te ha abandonado, pero, en realidad, está
protegiéndote, no mediante liberación, sino mediante fortalecimiento.
Cuando dificultades lleguen a tu vida, míralas desde la perspectiva del
Señor, y hazte estas preguntas: ¿Cuál es
mayor demostración del poder de Dios: cambiar algo a mi alrededor o cambiar
algo dentro de mi corazón?
¿Cuál es mayor
creador de fe: ver la liberación del Señor en cada dificultad, o experimentar
su presencia y su fortalecimiento en medio de las pruebas?
¿Cuál recompensa es
mayor: el rápido alivio del dolor, o una fe probada y purificada que resultará
en alabanza y gloria cuando Cristo regrese?
¿Cuál respuesta a
la oración es más grande: que el Señor haya eliminado algo y te haya dado paz
externa, o que te haya dejado en una prueba y te haya dado una paz interna, que
no puede ser robada ni siquiera por las circunstancias dolorosas?
Si Dios elimina tu
situación difícil, nunca aprenderás que Él es lo único que necesitas. Permítele que te
cambie!
Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg /TPSH
20.3.18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario