20.4.19
2 Samuel 12:1-4 "Jehová envió a Natán a David; y él, le dijo: Había 2 hombres en una ciudad, uno rico, y otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre tenía una sola corderita, que había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; la tenía como a una hija. Y vino uno al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y vacas, para guisar , sino que tomó la oveja del hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él".
Así dijo David a Natán: Pequé contra el Señor. Y Natán dijo a David: También el Señor ha remitido tu pecado… (vs.13).
Cuando el corazón de David se endureció y necesitó una perspectiva externa y piadosa de su relación con Betsabé, Dios envió a Natán al rescate.
Natán relató a David la historia de un hombre rico que robó la única oveja que tenía uno pobre. Cuando Natán reveló que la historia representaba las acciones de David, este entendió cómo había perjudicado.
Natán le explicó las consecuencias, pero le aseguraró a David: «el Señor ha remitido tu pecado» (vs.13).
El propósito de Dios, al revelar el pecado en tu vida, no es condenarte, sino restaurarte y ayudarte a solucionar las cosas con aquellos a quienes has dañado.
El arrepentimiento abre el camino para volver a Dios, mediante el poder de su gracia y su perdón.
¿De qué pecado necesitas arrepentirte hoy? ¿Cómo te anima su gracia a venir ante Él con sinceridad? Piénsalo!
Dios te bendiga en este bello domingo de Resurrección!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: Nuestro pan diariio)
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