28.3.19
Juan 1.12-13 "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".
Desde el principio, la intención de Dios fue tener una relación personal y amorosa contigo. ¿Qué evidencia hay?
Su Hijo. Una de las razones de su venida al mundo es conocer al Padre celestial y tener comunión con Él. Jesús es representación exacta de Dios; sus palabras y obras fueron las mismas del Padre (Juan 5.19; 12.50). Cuando miras al Hijo, estás viendo el carácter de tu Padre celestial.
Su invitación. Dios te invita a unirte a su familia (Juan 3.16). Él se encargó de preparar cada uno de los detalles; a ti corresponde aceptar la invitación.
Su adopción. El lazo más cercano que puedes tener con otros es la familia. En el momento de la salvación, el Señor te adopta en la suya. Esa relación con el Padre celestial dura por la eternidad!
Su amistad. Al llamar “amigo” a sus discípulos (Juan 15.15), Jesús reveló un nuevo aspecto en cuanto a su relación, que se aplicaría también a sus futuros seguidores. Cristo es un amigo que nunca te abandonará.
Su presencia. A partir del momento de tu salvación, el Espíritu Santo habita en ti. El Señor te invita a ser miembro de su familia por medio de la fe en Cristo. Ese es tu llamamiento supremo: creer en Él y vivir para Él todos los días de tu vida (Juan 20.31). Al ser hijo de Dios, su Espíritu obra en ti, y te hace más parecido a su familia...en pensamientos, palabras y acciones.
Feliz día, Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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