16.3.19
Hebreos 11:6 "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.
Nuestro Padre celestial quiere que tengamos seguridad de su amor. Aunque fallamos, el Espíritu Santo nos recuerda la misericordia del Padre.
Si te enfocas en tu pecado, pierdes de vista a Dios y sus promesas.
Dios es galardonador ansioso de bañarte con su amor cuando estás abatido.
David es ejemplo de alguien que fue bendecido por Dios a pesar de que pecó mucho.
Tú conoces la historia de cómo cayó en adulterio y cometió asesinato para evitar ser descubierto. David se convirtió en un hipócrita, pecó frente a las bendiciones de Dios y trajo vergüenza. Sin embargo, a pesar de ser disciplinado severamente, David fue perdonado y restaurado.
Dios envió al profeta Natán para confrontar a David, también quería que él supiera que era perdonado.
Dios sabía que David sería quebrantado por su pecado; porque, en el fondo, David no era adúltero o asesino habitual. David tuvo un momento de debilidad.
Dios vio y ve el corazón. Sabe que tú no despertaste y decidiste: Hoy voy a cometer adulterio. Voy a perder la paciencia y explotar. No.
Los cristianos somos sorprendidos y vencidos por el pecado; inclusive mientras estamos ocupados en los asuntos de Dios.
Dios ha contado tus lágrimas desde antes que las derrames. Te ha perdonado desde el momento de tu primera punzada de convicción y dolor.
¡Su amor es mayor que todos tus pecados!
Dios te bendice hoy, recibe esa bendición!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: WorldChallengeOrg)
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