Viernes 15.02.19
1
Corintios 2:9-10 “Antes
bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en
corazón de hombre, son las que Dios ha
preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.
Cuando
eres confrontado con versículos bíblicos y con verdades que te incomodan, te
escondes detrás de:
“Pero así es como siempre lo he hecho”.
Cuando tomas la Biblia y pides al
Espíritu Santo: “Haz algo nuevo en mí, pero no cambies nada de lo que yo crea”.
Es una oración extraña, ¿no es así? Con razón creces tan poco en tu fe y ves
tan pocos convertidos a Cristo.
A menudo, tienes tus definiciones para cosas importantes, no por lo que el
Espíritu te muestra en las Escrituras, sino por lo que has visto en la iglesia.
Entonces dices: “Así debe ser la adoración, así es como siempre lo he hecho en
la iglesia a la que asisto”. Es difícil para ti acercarte a la Palabra de Dios
y decir: “Espíritu Santo, enséñame, incluso si va en contra de lo que he sido
condicionado a creer”.
Se
requiere tiempo para que el Espíritu Santo te enseñe el significado de un
pasaje. Si no
esperas al Espíritu Santo, confiando en Él, podrás enfriarte y alejarte de la
comunión con Dios, aun teniendo devocionales diarios.
Cada
vez que abras la Biblia, detente y ora, ya sea por 15 segundos o 15 minutos, pídele al Espíritu Santo:
“Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído” (Salmos
119:66).
Recuerda: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó son las que Dios ha preparado para
ti! Conquístalas!
Que
Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia:
WorldChallengeOrg)
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